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Comprar muebles de oficina es, sin duda, una tarea que requiere una cuidadosa consideración y conlleva muchas complejidades. Un paso en falso puede fácilmente llevar a dificultades. Primero, es necesario tener un presupuesto claro, pero nunca centrarse solo en el precio total. Esos presupuestos aparentemente baratos suelen esconder trampas: quizá los materiales sean de mala calidad o el envío y la instalación se cobren aparte. Una vez que se suman todos los extras, la compra resulta ser un mal negocio. Claro que más caro no siempre es mejor; hay que ver si vale la pena.
Los factores fundamentales son los materiales y la artesanía, que determinan directamente la vida útil de los muebles. No se deje llevar solo por la apariencia; preste atención a los detalles. Por ejemplo, compruebe si las patas de la mesa son estables, si los cajones se deslizan con suavidad y si los bordes tienen un acabado impecable. Preste especial atención a los paneles: si detecta un olor acre de cerca, la seguridad ambiental de los materiales es cuestionable. Con la preocupación por la salud de todos, no se pueden pasar por alto sustancias nocivas como el formaldehído.
Las dimensiones pueden parecer sencillas, pero es ahí donde a menudo se cuelan errores. Mida su espacio de oficina con precisión, planifique la distribución con cuidado y asegúrese de que haya suficiente espacio para moverse y realizar actividades. No querrá descubrir, después de que llegue un camión lleno de muebles, que un armario es demasiado alto para alcanzar el interruptor de la luz o que un escritorio es demasiado ancho para cerrar la puerta; eso es un dolor de cabeza inminente.
Si bien el estilo del mobiliario debe ser visualmente atractivo y estar en sintonía con la estética de su empresa, la funcionalidad es más importante que la estética. Esto aplica especialmente a las sillas y escritorios de uso diario: el cuerpo sabe mejor que nadie cuándo se trata de comodidad. ¿La silla ofrece soporte lumbar? ¿Es conveniente ajustar la altura? Estos factores influyen en la comodidad de los empleados durante ocho o nueve horas al día y no deben verse comprometidos.
Elegir al proveedor adecuado también es crucial. El mercado está repleto de proveedores de diversa calidad, así que es mejor elegir aquellos con años de experiencia y una sólida reputación. Si es posible, visite su sala de exposición para tocar y sentarse en los muebles, sintiendo la textura real. Esto es mucho más fiable que confiar únicamente en imágenes y descripciones. Lea atentamente las condiciones del contrato: ¿cuál es la duración de la garantía? ¿Qué ocurre si algo se rompe? ¿Cuándo se realizará exactamente la entrega y la instalación? Todos estos detalles deben quedar claramente estipulados por escrito para evitar disputas posteriores.
Por último, siempre calcule tiempo extra. Desde la realización del pedido hasta la instalación final en su oficina, el proceso incluye producción, envío y montaje; es común que haya pequeños retrasos. Planificar con antelación evita que todos esperen con impaciencia. En definitiva, invertir un esfuerzo extra desde el principio garantiza que esta compra ofrezca un valor real. Garantiza la satisfacción del usuario y ayuda a que sus muebles de oficina resistan el paso del tiempo, impulsando el crecimiento a largo plazo de su empresa.
Diseño del espacio de oficinas